jueves, 19 de febrero de 2015

Había mil piedras pero has tenido que hacerme tropezar con tu sonrisa.


Voy a ver si me concentro y escucho lo que cuentas;
¿!No os pasa eso que la primera vez que veis a alguien, sientes que llevabas tiempo con un pequeño vacío, como si necesitaras algo o alguien y al conocerle te vuelves a sentir completa!? pues eso es lo que sentí cuando le vi llegar, lo recuerdo bien porqué soy de ese tipo de personas bohemias que cargan toda su vida con los recuerdos, ya séan malos o buenos y sonríe al acordarse de una tarde, de un olor, de un lugar...
No vengo a ponerme sentimental, pero ojalá, por la casualidad más remota,o  porqué navengando con el tacto de sus dedos en el teclado tropiece en cierto enlace que le traiga hasta aqui, hasta mi rincón de los sueños perdidos, hasta el suspiro de mi conciencia. Algún día, alguna vida o quizás, en sueños...sepa y le quede claro que para mi es como la última esperanza que habitó en la Caja de pandora, como un regalo que no esperas y al recibirlo te empiezan a brillar los ojos; esos que quieres mantener bien abiertos para seguir contemplándolo pero se entrecierran y una lágrima se desliza fugazmente por tu mejilla porqué estás felíz, porqué vuelves a sentir que lo bueno se hace esperar, porqué te sientes fuerte.
 Allí estaba delante de todos, el primer lunes que apareció (si no me equivoco). Llegó y convirtió cada hora en segundo y cada pesadilla de día en lo más maravilloso que pudiese existir.
Desde el primer momento supe que una parte de mi ya había guardado su recuerdo en un disco duro con contraseña para que no se borrase de mi memória, pero ahí empezó algo que terminará en decepción y rabia. Y lo sé porqué lo he vivido miles de veces; llega una persona a tu vida, haces que forme parte de ti, te encariñas de sus gestos, de su voz, de su carácter, TE SONRÍE, y ya no hay vuelta atrás. Acabas cayendo de una forma u otra en ella, en el abismo de su sonrisa. Y le miras, te quedas observándola durante un largo tiempo como si su silueta se  fuera a desvanecer si pestañeases. Quieres abrazarle fuertemente por si algún día, no le vuelves a ver y puede que te lamentes de lo que le querías decir pero no tubiste el valor suficiente. 

 Y no, no es  mi amor platónico ni mi ídola, pero podría llamarla musa. Quien sín darse cuenta hace que recobre la motivación, la que muchas veces tengo perdida.. Además de ser la que sin saberlo, hace de mi rutina algo mejor. 































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